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viernes, diciembre 29, 2017

MUESTRA II



 "Más allá de las palabras"


     Esta muestra es fruto de mi interés por el estudio de cómo se aprende el léxico para desarrollar la competencia léxico-semántica de los alumnos de Español Lengua Extranjera. El motivo que me ha llevado al estudio del léxico como metodología surgió después de haber  asistido a la conferencia de Paz Battaner, "El léxico como pilar del aprendizaje en ELE" , de haber participado también en el taller práctico realizado por Neus Sans y Pablo Garrido sobre el léxico  y su importancia en la enseñanza de ELE, en el XXVI Encuentro práctico de profesores de ELE, y de estar realizando la Actividad 2 de Lingüística Textual con Laura Borrás. La formación recibida y los materiales consultados me han llevado a darme cuenta de la tendencia actual por el enfoque léxico en la enseñanza de ELE, del creciente interés en el componente léxico vinculado a la competencia comunicativa como objetivo de aprendizaje, del lugar central que ocupa en la programación de un curso y de la necesidad de mi actualización metodológica de cómo diseñar un plan para el aprendizaje del léxico con los resultados  proporcionados por la investigación especializada.
     Según Higueras (2017) " Esta revolución en la concepción del léxico y en su enseñanza implica un nuevo reto, tanto para los profesores que precisan desarrollar nuevas habilidades como para los formadores de estos profesores"(p.16)
     Considerando las propuestas de Higueras (2017), para empezar el profesor debe decidir qué léxico enseñar y qué aspectos culturales quiere transmitir, es decir, el profesor debe saber explicar la cultura a través del léxico. (p.18)
Reyzábal (2006) afirma lo siguiente:
Y por cultura debemos entender su sentido más lato y, por cierto, su mejor sentido, por cuanto no se trata aquí del corpus de producciones artísticas, literarias o del pensamiento de una comunidad, sino de la red de símbolos que una comunidad despliega para interrelacionarse y comprender su entorno (físico, intelectual, emotivo...). (p. 15)
     Para ello, una de las herramientas que nos pueden ser de gran utilidad para programar nuestras clases es el Proyecto Curricular del Instituto Cervantes, en el cual encontramos una propuesta sobre qué contenidos léxicos enseñar en cada uno de los niveles establecidos por el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas. En el inventario de Saberes y comportamientos socioculturales o en el de Nociones específicas del PCIC se puede realizar una selección de aquellos aspectos culturales que queremos resaltar en alguna palabra de uso frecuente y de ese modo integrar léxico y cultura. El Spanish Frequency dictionary (2006) elaborado por Marck Davies también puede ayudarnos en la preparación de materiales por niveles.
     En cuanto al tratamiento del léxico, debe ser un objetivo específico del programa de ELE centrarse en las unidades léxicas del español, porque la actuación lingüística de los hablantes muestra que el vocabulario no se almacena en nuestro lexicón mental únicamente con lexemas individuales o aislados, sino que nuestro cerebro almacena partes de enunciados o segmentos de frases como un todo, y que recurrimos  a ese repertorio de combinaciones que poseemos siempre que la situación comunicativa lo requiera. Por esta razón, hay que enseñar el vocabulario en contexto, de forma explícita e implícita, en entornos ricos de situaciones, de conocimiento del mundo, aplicando la reflexión lingüística y la necesidad de enseñar las palabras en unidades léxicas. Así pues, debemos saber presentar el léxico por bloques o chunks, dirigiendo la atención del alumno hacia las unidades léxicas pluriverbales, enseñando colocaciones y expresiones idiomáticas, refranes, fraseología y construcciones convencionales para que el alumno cree redes entre palabras. Todo ello, sin olvidar que es fundamental detectar y atender las necesidades de los alumnos, y, en el campo del léxico, se pueden proporcionar lecturas y audiciones acordes a sus intereses y necesidades léxicas, para favorecer su motivación y aprendizaje. Por otra parte, el profesor debe exponer al alumno a input, crear oportunidades de procesamiento profundo de las unidades léxicas, para su detección, comprensión, adquisición y uso en cada tarea que se realice en clase, combinando el aprendizaje intencional con el incidental, y buscar materiales que trasciendan el aula, para que el alumno pueda utilizar las unidades léxicas aprendidas en distintas situaciones comunicativas. Para ello, también debemos facilitar a nuestros alumnos recursos y enseñarles a usarlos de manera autónoma. Entre ellos se encuentran los diccionarios combinatorios, Redes (Bosque, 2004) o Práctico (Bosque, 2006), así como los  corpus de la Academia y el Corpus del español de Mark Davis, o el Diccionario de colocaciones en español (DICE), en los que cada palabra o unidad léxica se da en todos los ejemplos en que aparece, su significado y su uso.
     Teniendo en cuenta estas premisas, mis objetivos como futura profesora de ELE son:
Atender a las necesidades léxicas de los alumnos y promover la vinculación personal con las palabras, asociando elementos léxicos a sus experiencias personales.
Atender a la dimensión colectiva de la lengua (bloques léxicos) presentando su uso contextualizado y construir con ellos situaciones comunicativas planificadas o role plays.
Asociar unidades léxicas a otras que conocen en otras lenguas, realizar mapas conceptuales, clasificación por categorías y crear familias de palabras.
Fomentar la autonomía enseñando el uso y manejo de diccionarios, así como facilitando la adquisición de estrategias como la traducción a la L1 y la comparación de contenidos léxicos, con el objetivo de buscar la reflexión.
Integrar léxico y cultura atendiendo a las unidades fraseológicas desde su valor discursivo y pragmático.
Propiciar el uso del léxico mediante la recuperación de las unidades léxicas trabajadas en actividades o tareas comunicativas.
Favorecer un estilo de aprendizaje comunicativo-cooperativo y de orientación a la práctica de uso de lo aprendido en actividades significativas.
     Tras esta reflexión, llego a la conclusión de que es necesaria una planificación del léxico, que debe enseñarse siempre en contexto y a partir de textos literarios de interés para nuestros alumnos, así como a través de actividades comunicativas que desarrollen la creatividad y el trabajo por tareas, utilizando estrategias que fomenten el uso de los medios digitales y el trabajo autónomo.
     Aumentar el léxico disponible y potencial de nuestros alumnos supone mejorar la competencia comunicativa oral y escrita. También, su expresión lingüística será mucho más rica y fluida cuantas más redes establezcan entre las unidades léxicas que se trabajen y aprendan. No se trata de enseñar cantidad sino de dar la máxima calidad.

Bibliografía

Higueras Garcia, M. y otros. (2017). Enseñar el léxico en el aula de español. El poder de las palabras. Cuadernos de Didáctica. Barcelona: Difusión.

Guillén, C. y Calleja, I.-J. (2006). Aproximación a un repertorio léxico español por indicadores. Madrid: Consejería de Educación. Recuperado de:  http://www.madrid.org/bvirtual/BVCM001616.pdf

Davies, Mark Corpus del español. Recuperado de http://www.corpusdelespanol.org

Diccionario de colocaciones en español (DICE) Recuperado de http://www.dicesp.com/

Real Academia Española-Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) Recuperado de   Corpus de Referencia del Español Actual 







lunes, octubre 23, 2017

PUNTO DE PARTIDA

En este apartado voy a hacer una reflexión del punto en el que me encuentro en el momento de empezar el Máster de Profesor de español como Lengua Extranjera. Espero que al finalizar el master mis expectativas se hayan cumplido.








 LA ENSEÑANZA DE LAS LENGUAS EXTRANJERAS

Una imagen y mil palabras

Los diferentes implicados, en el proceso de enseñanza-aprendizaje de una lengua, y la interdisciplinariedad de la lengua, nos lleva a tener que considerar todos los elementos y aspectos que entran en juego e influyen en el aprendizaje de una lengua extranjera.

 Por un lado, reflexionando sobre mi propia actuación, como profesora de lengua extranjera, y futura profesora de español para extranjeros, debo decir que, se supone primero un extenso conocimiento de la lengua que se enseña y una formación en todos los campos implicados en la enseñanza de la lengua. Considerando todos estos parámetros, creo que debería ampliar mis conocimientos en lingüística, psicolingüística, sociología, antropología y pedagogía, disciplinas todas ellas implicadas en la enseñanza de una lengua extranjera, para así mejorar mi formación docente.
Del mismo modo, creo que una de las misiones importantes que todo profesor tiene es la de investigar y actualizarse en todos estos campos, incluyendo también la tecnología, tan presente en un mundo en continuo cambio como en el que vivimos. Así pues, la motivación del profesor para formarse, como búsqueda de nuevas posibilidades para mejorar el sistema de enseñanza-aprendizaje, juega un papel importante.
Además, como profesora de español para extranjeros, debería conocer no sólo el marco legal de la LOE y de la LOMCE, sino también aquél que se refiere concretamente a la enseñanza de ELE, es decir, el Plan Curricular del Instituto Cervantes, así como también tener un buen conocimiento del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas que marca la Unión Europea.
De todo lo mencionado hasta ahora, gracias a mis compañeros, llego a la reflexión de que el desarrollo personal no se consigue de la nada, se aprende de las experiencias y de la dinámica grupal. Cada cual forma su propio modelo de profesor con la profundización de conocimientos y compartiendo experiencias con los demás.






Por otra parte, aprender una lengua extranjera supone para mí que el alumno desarrolle la competencia comunicativa, es decir, la capacidad de comprensión y expresión, oral y escrita, la capacidad de cooperación, de autonomía y de interacción social. El alumno debe desarrollar también el pensamiento crítico, adquiriendo destrezas de pensamiento creativas, explorando oportunidades para aplicar lo aprendido en diferentes contextos. Además, debe saber tomar decisiones y desarrollar la competencia intercultural. La manera de conseguir que el aprendizaje del alumno de ELE se haga más significativo y útil será a medida que éste vaya creando conexiones sinápticas y adquiriendo las capacidades y habilidades que se requieren para dominar una lengua. Así también, su conocimiento de la lengua crecerá a medida que su mente vaya almacenando y recuperando información,   cambiando y evolucionando, y aprendiendo también a través de la experiencia, hasta que esta segunda lengua forme parte de él.


Visto desde otra perspectiva, mis creencias sobre lo que representa enseñar se basan en asegurar que los alumnos alcancen los objetivos que marca el currículo y, de ese modo, adquieran las competencias marcadas por el currículo oficial. Para ello, el profesor debe hacer una planificación detallada de los contenidos y preparar cuidadosamente las actividades, teniendo en cuenta aquella metodología y aquellas herramientas y materiales que favorecen el aprendizaje del alumno. El profesor debe monitorizar, guiar y evaluar, involucrando al alumno en este proceso, mediante rúbricas y recopilación de datos que le sirvan para diseñar correctamente las actividades. Con la finalidad de conseguir que el alumno adquiera competencia comunicativa, el profesor debe desarrollar estrategias de aprendizaje creativas que favorezcan el aprendizaje autónomo del alumno, estrategias que faciliten y promuevan la interacción entre el alumnado, a diferentes niveles y en diferentes contextos, adecuándose también a las necesidades de los alumnos y al contexto de aprendizaje.
El profesor pues debe ser en definitiva un apoyo para el alumno, debe ayudar al alumno a mejorar su competencia comunicativa, analizar el lenguaje del alumno en sus interacciones, orales o escritas, y facilitar recursos para asegurar su progreso y el alcance de los objetivos. Como afirma Vygotski (1931), una manera de apoyar al alumno es tener en cuenta la teoría de la zona de desarrollo próximo para saber la diferencia entre lo que el alumno sabe hacer solo sin ayuda y lo que puede realizar con ayuda, es decir, el profesor debe tener en cuenta la diversidad del alumnado y adaptar los objetivos, contenidos, metodología y evaluación en relación con las necesidades de los alumnos.
Enseñar supone ofrecer al alumnado metodologías activas para que el estudiante sea el protagonista de su aprendizaje, aplicando, analizando, evaluando y creando sus productos que contextualicen lo aprendido, el “saber hacer”.

Desde otro punto de vista, en lo que se refiere al proceso formativo del alumno, pienso que el aprendizaje no es un acto individual sino social, que requiere de tutorización y acompañamiento por parte del profesor. Para mí, el trabajo en equipo es fundamental. En un equipo todos los miembros de un grupo deben responsabilizarse de una función dentro del grupo, con lo cual el alumno tiene una responsabilidad individual y recibe la colaboración y ayuda del equipo. La distribución de roles ha de hacerse de manera que no pueda haber un resultado sin la colaboración de todos.  El resultado ha de ser colectivo.

Por último, espero que esta reflexión me lleve a mejorar mi formación, tanto en el campo del español como lengua extranjera como desde el punto de vista de agente que forma parte del proceso de enseñanza-aprendizaje.



MUESTRA 1




BAJO EL PARAGUAS DEL MCER Y EL PCIC




En primer lugar, para introducir el tema, diré que ésta es la primera muestra en mi Portafolio Formativo, que forma parte también de una de mis primeras asignaturas del Máster y que se refiere a la tercera y última videoconferencia de Conceptos Fundamentales en didáctica de LE, titulada “Luces y sombras sobre el MCER y el PCIC”. 
El motivo de mi elección se fundamenta en la necesidad que he encontrado de analizar y estudiar dos apoyos teórico- prácticos fundamentales, a partir de esta presentación y de los documentos que la acompañan. Mi deseo es compartir con otros formadores de ELE la ilusión que me produjo haber descubierto realmente su sentido como documentos de base y, en especial, la utilidad en la práctica del segundo de ellos. Por otra parte, desde la perspectiva histórica, me ha servido para darme cuenta de cómo se llegó a ellos y cómo se sigue ahondando y complementando estos documentos para mejorar la calidad educativa. Pues bien, después de escuchar a mi profesor, Jaume Batlle, lo primero que hice fue colgar en mi bitácora de Portafolio estos dos documentos clave que él comentó. 
El primero, el MCER o Marco Común Europeo de Referencia, me pareció interesante incluirlo como material de referencia porque adopta un enfoque que determina la manera de comprender el aprendizaje de la lengua hoy, basado en cómo se aprende la lengua a partir de su uso, en "las acciones que realizan las personas que, como individuos y como agentes sociales, desarrollan una serie de competencias, tanto generales como competencias lingüísticas en particular"  (MCER, 2002:9). 
El segundo, el Proyecto Curricular del Instituto Cervantes, comúnmente conocido por PCIC, pensé que sería de mucha utilidad para la preparación de mis clases de LE, después de haber profundizado también en el documento para el análisis de una unidad didáctica, y en el comentario de fragmentos de textos escritos pertenecientes a documentos fundamentales del ámbito de la didáctica de lenguas extranjeras en la misma asignatura. Además, ambos documentos, el MCER y el PCIC, me acompañarán no sólo a lo largo de mi formación como profesora de ELE sino también en mi práctica profesional en el aula, y creo que me será de gran utilidad tener un acceso fácil a ellos a través de mi blog de ELE.
Lo que he recogido y me llevo de esta conferencia es que el MCER ha tenido un éxito fuera de lugar desde su publicación en 2002, gracias a los niveles de referencia de competencia comunicativa que estableció, lo cual ha llevado que se haya implantado en muchos países del mundo, no sólo en Europa. Desde esta perspectiva, se le reconoce como el máximo referente europeo de los niveles de competencia lingüística, mejor herramienta para medir los conocimientos de idiomas, con un enfoque y una comprensión del aprendizaje de la lengua extranjera claros y, por consiguiente, se aconseja utilizarlo como material de consulta para la formación docente y también como apoyo teórico y práctico. Es muy útil para la evaluación, porque a partir de los descriptores que presenta se pueden formular ítems más específicos. Como puntos débiles podemos señalar que el MCER  es de gran complejidad cuando se pretende su aplicabilidad al sistema educativo, puesto que la amplitud de cada uno de los niveles que establece hace muy difícil su adaptación a los niveles de los diferentes cursos o etapas, con lo cual podemos decir que es de naturaleza abierta, flexible y no específica, pone poca atención a la dimensión plurilingüe de la lengua y no tiene en cuenta la competencia comunicativa digital o edades tempranas, aunque se espera una nueva versión para el 2018 que incluye todos estos aspectos. En segundo lugar, y no menos importante, el PCIC es un documento que incide en las competencias generales y en las específicas. Los niveles de referencia que establece tratan la gramática, la ortografía, las funciones, tácticas y estrategias pragmáticas, nociones generales y específicas, referentes culturales, saberes y comportamientos socioculturales, entre otros aspectos. Se ha realizado una clasificación muy detallada de todo el inventario de sus componentes a partir del MCER, con lo cual, comparando ambos documentos, podemos decir que las competencias del MCER se relacionan con el PCIC, con la gran diferencia que en este segundo documento se observa mucha más precisión. Así, el PCIC es mucho más útil en la elaboración de materiales y creación de unidades didácticas, porque permite elegir, por ejemplo, aquellas funciones que creemos se deben trabajar con nuestro alumnado.
Como resultado de todo lo que he comentado anteriormente, mi propósito es utilizar esas bases como herramientas que me ayuden a mejorar mi función docente. Así pues, aprovecharé el PCIC para programar un curso, crear materiales para un nivel determinado y preparar pruebas de nivel que me permitan saber en qué nivel se encuentra el alumno, sin caer en el error de anticipar contenidos de un curso posterior o dejar otros importantes por tratar. El PCIC es un recurso valioso para todo profesor de ELE, que permite asegurarse en todo momento, por ejemplo, qué tiempo verbal debe trabajarse en un nivel B1, qué estructuras gramaticales, qué vocabulario, etc. A su vez, certifica a qué nivel del MCER corresponden los contenidos.
En cuanto al MCER resulta muy difícil poner en práctica sus propuestas en una clase de LE, como por ejemplo de inglés, puesto que debería desarrollarse un segundo nivel de concreción como se ha hecho con el PCIC para el español. Es de esperar que la labor que ha realizado el IC sirva de modelo y ejemplo para que se desarrolle un proyecto curricular semejante para el inglés, LE que forma parte de todos los currículos oficiales en nuestro país.
Deseo también poder añadir pronto el link del nuevo documento MCER en el momento en que se publique la nueva versión y así poder ver las modificaciones y actualizaciones definitivas que se han realizado al primer documento, puesto que las formas de comunicación han cambiado mucho desde entonces y quizás sea de mayor utilidad.
Enlaces a los documentos base:
Como conclusión, decir que la experiencia de cursar la asignatura de Conceptos Fundamentales al inicio de este Máster ha sido muy gratificante y productiva. He aprendido nuevos conocimientos y refrescado otros, y he visto el proceso que se ha seguido a lo largo de la historia, no sólo de los documentos comentados anteriormente sino de los diferentes métodos aplicados a la LE. Esto me ha permitido cambiar mi visión sobre la enseñanza de ELE y mi actuación a nivel profesional como maestra de LE.
Por último, agradecer la implicación de los profesores y las aportaciones de mis compañeras a las actividades de grupo que corroboran en qué consiste todo este proceso de aprendizaje y retroalimentación, ya que sin ellos no hubiera podido plasmar mi recorrido en esta etapa del camino donde me encuentro.

BIBLIOGRAFÍA


BATLLE, J. (2017). Conceptos Fundamentales. Módulo 6: Documentos clave en la didáctica de ELE: el MCER y el PCIC. Material no publicado. Recuperado de http://campus.unibarcelona.com/bbcswebdav/pid-1225342-dt-content-rid-10884026_1/courses/2017_10_A_20075/CF_MOD6_nov17.pdf

Instituto Cervantes (2006). Plan curricular del Instituto Cervantes. Niveles de referencia para el español.
Recuperado de  
https://cvc.cervantes.es/Ensenanza/biblioteca_ele/plan_curricular/default.htm
Link

Marco común europeo de referencia para las lenguas: aprendizaje, enseñanza, evaluación. Instituto Cervantes, 2002. Link. [En línea] Disponible en: http://cvc.cervantes.es/obref/marco (traducción del Common European Framework of Reference for Languages:Learning, Teaching, Assessment. Strasbourg: Council of Europe, 2001.

SLAGTER, P. (1979). Nivel Umbral. Strasbourg: Consejo de Europa. Recuperado de
http://www.marcoele.com/descargas/nivel_umbral.pdf Link

























Autoevaluación II

          Con las   Prácticas de ELE ,   Las TIC en ELE ,   Investigación en Didáctica de ELE , y la asignatura de   Didáctica del Léxico...