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viernes, mayo 18, 2018

La autoevaluación: Instrumento regulador del aprendizaje

Muestra 6.
          Esta es una muestra representativa de las necesidades detectadas en mi actuación profesional tras haber realizado la asignatura de Evaluación con la profesora Fuensanta Puig Soler.
Muestra:  
      Como afirma Sanmartí (2007): 
Es necesario diversificar los instrumentos de evaluación. Dado que cualquier aprendizaje contempla diversos tipos de objetivos, es preciso que los instrumentos de recogida de información sean múltiples y variados. Y las estrategias para analizar los datos y promover la regulación deben favorecer la autonomía del alumnado (p.101).

    Para conseguirlo, considero que debo fomentar la reflexión de mis alumnos a través de la formulación de preguntas y de la retroalimentación por parte del profesor, así como de la integración de instrumentos escritos como los cuestionarios de autoevaluación y coevaluación, y el portafolio. Para ello, al elaborar la planificación didáctica debo tener en cuenta las técnicas de aprendizaje y evaluación del aprendizaje que durante el curso instrumentaré, precisando para cada una de ellas qué se pretende conocer. Del mismo modo que debe hacerse en la investigación, en la enseñanza debemos tener distintos instrumentos de evaluación que sean capaces de captar y analizar datos de distinto tipo sobre el desarrollo del proceso de aprendizaje. La elección y utilización de un determinado instrumento depende fundamentalmente de los objetivos perseguidos. De modo que, debemos tener claro lo que queremos evaluar y diseñar un instrumento de evaluación que cumpla con los objetivos propuestos.

    La formulación de preguntas "es una de las actividades que pueden dar mayor información y de forma más inmediata al profesor sobre cómo los alumnos van procesando lo que sucede en el aula" (Figueras y Puig, 2013, p. 45).

     Entre sus ventajas podemos mencionar ante todo que la formulación de preguntas abiertas a desarrollar, para pensar y resolver problemas, propicia el desarrollo del razonamiento abstracto, estimula la participación y proporciona una retroalimentación de calidad del profesor. También, promueve y centra la atención del alumno, estimula el aprendizaje por investigación y permite repasar. Además, permiten diagnosticar deficiencias y fortalezas y determinar su progreso con lo cual estimula la autoevaluación. Por ejemplo, se pueden utilizar para identificar los conocimientos previos o para conocer las percepciones que los alumnos tienen sobre los conocimientos previos, para regularlos o para comprobar los resultados después de un proceso de aprendizaje. Otras de las ventajas es que son más fáciles de construir y por tanto su generación necesita menos tiempo. Sin embargo, responder a preguntas abiertas requiere un mayor esfuerzo del alumno y tiempo de corrección. La riqueza de los datos obtenidos requiere un análisis detallado y minucioso para poder captar los matices de las respuestas. Las preguntas abiertas abren una potencial infinidad de respuestas lo que hace que resulte mucho más complejo realizar comparaciones.

     Las preguntas cerradas posibilitan evaluar competencias, promueven la autoevaluación del alumno y posibilitan identificar diferentes estilos motivacionales del alumno hacia el aprendizaje. Por ejemplo, a través de encuestas podemos averiguar sobre sus gustos y preferencias. La aplicación de preguntas cerradas en un cuestionario toma menos tiempo y la corrección es muy rápida. No obstante, no le permiten al profesor realmente identificar fortalezas y debilidades en el razonamiento de los alumnos.La elaboración de preguntas cerradas, como puede ser un test de opción múltiple, no es una tarea fácil, y requiere cierto tiempo, ya que hay que pensar cada pregunta y sus posibles respuestas. Además, la principal desventaja de este tipo de preguntas es que limita las respuestas de los encuestados y, en ocasiones, ocurre que ninguna de las categorías describe con exactitud lo que las personas tienen en mente. Una prueba compuesta únicamente por este tipo de preguntas requiere también generar mayor número de preguntas. 

    Como vemos todos los métodos de evaluación tienen sus puntos fuertes y sus puntos débiles y es necesario tenerlos todos en cuenta antes de aplicarlos. Por ejemplo, una actividad puede ser muy enriquecedora, pero a su vez, su desarrollo puede consumir mucho tiempo y resultar poco efectiva para todas las clases.

      En cuanto al cuestionario, si se utiliza previo a las actividades, puede ayudar a los alumnos a identificar lo que saben o creen que saben antes de realizar una tarea. También, su utilización después de haber realizado una tarea puede resultar de gran utilidad a los alumnos para valorar qué objetivos han alcanzado y cuáles son los siguientes objetivos de aprendizaje y mejora que deben alcanzar. Para que sean efectivos, los alumnos necesitan de un periodo de aprendizaje para adaptarse a ellos, ver cómo funcionan y aprender a usarlos. De modo que, en primer lugar, es necesario habituar a los alumnos a este método, solo así obtendremos los resultados que esperamos.
     El portafolio promueve la evaluación para el aprendizaje y al mismo tiempo la evaluación sumativa; por este motivo está en mi lista de prioridades para incorporar a mis clases. Considero que es una herramienta valiosa de autoevaluación, a través de la cual puedo ir recogiendo no solo las actuaciones de los alumnos como vengo haciendo sino también sus reflexiones, incluyendo parrillas de autoevaluación de actividades, tareas y destrezas. Los alumnos pueden reflexionar de forma honesta y sincera con ellos mismos. Una de las claves es precisamente que se den cuenta que es algo que hacen para ellos mismos como autoreflexión y no para el profesor. Esto debe hacerles perder el miedo que tienen algunos ante la evaluación del docente. Las reflexiones de los alumnos pueden reflejar aspectos no evidentes de la realidad estudiada.

   Por tanto, considero que todo lo descrito hasta este punto son actuaciones e instrumentos que constituyen un dispositivo de evaluación que puede ayudar a mis alumnos a tomar conciencia de sus necesidades y así, poder actuar sobre ellas como base para decidir qué hacer y cómo llevarlo a cabo, tanto en la planificación de las actividades como en la toma de decisiones en clase.

    En conclusión, creo que hay que utilizar instrumentos de autoevaluación variados, acordes al contexto, que motiven al alumno y no se conviertan en rutinarios. Es posible que algunos alumnos se sientan más cómodos con unos que con otros. De modo que, combinar varios instrumentos de autoevaluación permite que se adapten con más facilidad a la diversidad existente en nuestras aulas. El uso sistemático de estos instrumentos de autoevaluación permitirá a mis alumnos reflexionar y proponerse nuevos objetivos, y al mismo tiempo me permitirá a mí misma realizar una constante revisión de la práctica educativa.

Bibliografía
     FIGUERAS, N. y PUIG, F. (2013). Pautas para la evaluación del español como lengua extranjera.  Madrid: Edinumen.
      SANMARTÍ, N. (2007). 10 ideas clave. Evaluar para aprender. Barcelona: Ed. Graó. Síntesis. Recuperado de: http://www.xtec.cat/~ilopez15/materials/ambitpedagogic/avaluacio/evaluarparaaprender.pdf


    


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